martes, 19 de febrero de 2019

Mitja Barcelona (1:11:43)

Este no fue el año de correr rápido en Barcelona. Tampoco es que fuera a por marca personal, mi forma no era la mejor ni mi rendimiento estaba siendo como otros años. Pero había entrenado para acercarme lo máximo posible.

La cosa se empezó a torcer el viernes por la noche. Amets, que vino con nosotros lógicamente, se puso malo y tuvimos que llevarle al hospital. En resumen, pocas horas de sueño y mal dormidos.

Al día siguiente fuimos a recoger el dorsal, y el rodaje previo tampoco me decía que estaba mal, pero la noche fue más complicada que la anterior e incluso habíamos decidido no salir. Sobre las 6:30 de la mañana me levanté y fui a la farmacia de guardia más cercana para intentar bajar la fiebre a Amets. Y sobre las 7 por fin le bajó. Obviamente, ya no podíamos dormir nada, así que de la misma fuimos a la salida.

El cuerpo no es el mismo cuando no duermes. Pareces estar en una realidad paralela. Ya calentando me veía que no, que el cuerpo no estaba. Pero quería intentarlo.

Se dio la salida y esta vez me costó más de un km encontrar "mi grupo", ese que os llevaría hasta el km 10 a una media de 3:20, lo cual estaba muy bien. Pero a partir del km 12 las cosas empezaron a cambiar. Un par de corredores nos cogió por detrás y eso hizo que cambiáramos un poco el ritmo. Me pasó factura y decidí levantar el pie a la espera del siguiente grupo.

El paso por el km 15 ya vaticinaba una buena pérdida. Pero aún podía intentar bajar de 1:11 si el cuerpo me daba la vuelta. 

Al paso por el km 18, después de la pequeña cuesta, la cosa fue a peor y un dolor punzante en la espalda me acompañaría hasta meta. Supongo que sería por la tensión de los dos días, o las dos noches, que allí pasamos. Me arrugué, no podía correr. Esa sensación de dolor la arrastré hasta el final de la carrera.

Finalmente crucé la meta en 1:11:43, lejos de mi objetivo, y a exactamente dos minutos de mi marca personal. Un mundo ahora mismo. 

Pero me quedo con lo bueno: un paso por el km 10 en 33:21, que es mi mejor marca en los 2 últimos años en esta distancia, sin tener en cuenta el tiempo oficioso de la Santurce Bilbao. Y, seguramente, habiendo descansado bien habría bajado mucho esa marca. Además, en los dos últimos km se me fueron entorno a 40 segundos por el dolor de espalda, así que la lectura no es tan mala.


¡Volveré!