sábado, 14 de diciembre de 2019

Maratón y post maratón

No pude escribir sobre mi paso por la maratón. La verdad es que la falta de tiempo me impide actualizar estas cosas, y como no fue muy bien, tampoco voy a extenderme demasiado.
Por hacer un pequeño resumen diré que hice pocas bien, y que el margen de mejora, obviamente, es muy grande. De las pocas cosas que destaco positivamente es la alimentación. Los días previos mi comida se basó en arroz casi exclusivamente, ya que está demostrado que actúa mejor que la pasta en cuanto a aporte de energía se refiere. Además, me da menos problemas que la pasta.

Todo lo demás fue mal. Empezando por el viaje. Mi trabajo no me permite mucho margen y tuvimos que salir hacia Valencia el viernes mismo. Por lo que llegamos bastante tarde. Además, el apartamento no era lo mejor: un tercero sin ascensor y sin espacio para subir la silla del niño, por lo que esto nos dio algunos problemas.

El sábado ya me encontraba bastante cansado, y eso que pasé buena noche. Y el mismo día de la carrera me levanté con bastantes ganas, desayuné bien y fui calentando hasta la salida y ya allí ya tuve algún problema para posicionarme en la salida.

Una vez en carrera me encontraba nervioso, y eso que me decía a mí mismo que quedaba mucho, que en 42 km hay tiempo para todo. En el km 5 no me encontraba muy bien, aunque la cosa mejoró en el paso por el 10. Iba fluido e incluso llegué a engancharme con el grupo de Marta Esteban. Poco me duró este estado ya que en el 18 empecé a sentirme agarrotado. La espalda me jugó la misma mala pasada que en Barcelona. Posiblemente debido a los días previos, ya que la preparación creo que fue la correcta.

Y hasta el km 25 duró mi aventura, ya que después se sucedieron las paradas. Conseguí terminar al trote con un tiempo de 2:41:50. Lejos de mi objetivo y con sensación de impotencia.

Tras el maratón cogí un par de veces la bici y el domingo corrí la Gabonetako Krosa. Y como no me encontraba mal decidí hacerla a tope. Y, aunque cansado, conseguí por tercera vez la marca de 32:39 en un 10 km (las anteriores fueron en Laredo 2014 y Oñati 2016). Quizá otro día haga una entrada más detallada sobre esta carrera. 

Con esto lo que quiero remarcar es que la recuperación fue buena ya que en realidad fueron 25 km de carrera en sí. Y por otro lado, muchas veces nos obsesionamos con entrenar la semana previa, salir a hacer un rodaje suave el día antes, etc. Para la próxima vez ya he aprendido. Los corredores profesionales necesitan esa "salida", pero no creo que sea aplicable a aquellos que trabajamos durante toda la semana, y que tenemos que ir a buscar a nuestros hijos al cole, y en definitiva, tenemos que hacer las cosas de la gente corriente. Y así ha quedado demostrado, que sin salir a correr en toda la semana vuelvo a bajar de 33 minutos en un 10 K casi sin querer y con la fatiga que supone no solo la maratón, si no toda la propia preparación.

Ahora toca pensar en otros objetivos, y volver a intentar esa maratón, esta vez corrigiendo todos los errores posibles.