Tras la cancelación a última hora gracias al ayuntamiento, la San Silvestre de Rekalde decidió aplazar la prueba que se debía celebrar el 31 de diciembre. Así, el Club Korrikazaleak, al que le debemos todo el esfuerzo, decidió posponerla al 20 de marzo. Una fecha complicada, que coincidiría con la celebración de Laredo el día antes o la carrera de San José de Villasana el mismo día.
En mi caso, el día anterior había corrido en Oñati, por lo que mi rendimiento iba a ser una incógnita. Según el ánimo y las fuerzas iba a acompañar a Saioa o a disputar la carrera, la cual he conseguido ganar las últimas 4 veces.
Y me levanté casi bien, y fui animándome al ver que el día amanecía muy primaveral. En la salida los habituales: Juan Carrascal, Igor García, Kristian Quintans... Pero faltaban algunos clásicos que el 31 de diciembre no hubieran fallado.
El recorrido esta vez partía desde Rekalde, teniendo la salida y la meta en el mismo lugar. Un acierto el nuevo recorrido, ya que además se pasa por la Gran Vía de Bilbao, pasando por calles míticas que un 31 de diciembre habrían estado abarrotadas. Espero que el año que viene lo repitan.
La carrera se decidió bastante rápido. Kristian se encargó de poner un ritmo muy duro, quizá sabedor de que tanto Juan como yo habíamos corrido el día antes. Primer km en 2:57, con ligera bajada, pero que ya nos dejaron las patitas temblando. Al paso por el km 2 mi GPS me marcó un ritmo medio de 3:03, lo que había producido un corte significante con el grupo trasero.
En el km 3 noté que me encontraba bien y decidí apretar más para ver qué tal iban mis compañeros de viaje. Vi que Kristian hacía la goma, pero Juan seguía bien pegado. Así aguntaríamos un km más, y en la subida a Amezola gasté otra bala para irme en solitario.
Crucé la meta en 1ª posición por 5ª vez (una compartida con Kristian hace 2 años). Pero lo mejor fue ver a Saioa por fin compartiendo un podio conmigo (fue 2ª tras Isabel Sixto).
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