Como todos sabemos, debido a la situación sanitaria nos fuimos quedando sin San Silvestres que correr. Como todos los años mi prioridad era correr en Bilbao, ya que es allí donde celebró las fiestas y los Korrikazaleak siempre cuentan conmigo, lo que es de agradecer.
A falta de dos días al pertinente alcalde se le ocurrió suspender la prueba, y seguidamente le fueron copiando sus colegas.
Así pues me quedé sin planes y enseguida empecé a mover hilos hasta que gracias a Saioa conseguí dorsal para Castro.
La única pega es que la carrera era un poco tarde, pero ya que hacía tiempo que no veía a un amigo de allí y además corrían varios más, nos acercamos.
Pero no contaba yo con un detalle importante, y es que salía con el dorsal 180 y según el protocolo Covid, debía salir en el último cajón. Tanto Javi como yo intentamos solucionar ese inconveniente ya que trastocaba todos los planes para disputar una carrera así.
Lo que más nos sorprendió fue el trato de un juez, que muy alterado no utilizó las mejores palabras hacia nosotros y muy nervioso hasta nos "invitó" a abandonar la carrera. Un ambiente magnífico para finalizar el año.
Tras este momento no pudimos hacer otra cosa que salir los últimos e intentar remontar. Y salí con esa idea, aunque la verdad es que fui pasando por diferentes estados emocionales.
El primer km fue agónico y apenas me había acercado al grupo de cabeza. Por lo visto debieron tener la misma idea que yo de salir a muerte hasta que el cuerpo aguantaste.
No fue hasta el km 4 cuando alcancé al segundo grupo, pero tanto Óscar como Xabi iban ya destacados.
Tuve la sensación de tener el corazón en la boca toda la carrera. Fue una agonía total. Los últimos 500 metros decidí que iba a ser mi último esfuerzo cuando ya vi que era factible quedar 3° a pesar de todo.
Y llegué en esa posición, a 4 segundos del 2° puesto, pero con la sensación de no haber competido, porque no me dejaron.
Con este post quiero zanjar cualquier polémica, no sé por qué de repente soy tan importante para ciertas personas siendo un atleta bastante mediocre, pero se lo debo en primer lugar al Club de Castro, ya que entré muy enfadado a meta, y es que es difícil gestionar algo así cuando has ido toda la carrera con todo en contra. Desde aquí dar las gracias por poder hacer mi inscripción de última hora.
Y sobre mi ausencia en el podio. Evidentemente no es algo que suela hacer, aunque muchos buscan en los archivos para encontrar alguna de ellas. Como he comentado anteriormente, la carrera fue un tanto tarde, y para alguien con familia existen prioridades, y aunque esperé un buen rato para recibir el premio tuve que tomar la decisión de marcharme para celebrar la última noche del año.
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