Por segundo año consecutivo pude disfrutar de unos Campeonatos de España. El año pasado, el equipo senior, logramos clasificarnos para el Cross Corto, y este año, conseguimos la clasificación también para el largo. Además, el equipo junior también lo logró. Un merecido premio al duro trabajo de este invierno.
Así, partimos tres equipos a Cáceres:
Los junior: Álvaro del Hoyo, Iker Urrutxua, Ibon Quindimil, Koldo Lombera y Mario Díaz.
Los senior para el Cross Corto: Youssef Denni, Aitor Ledesma, Oskar Álvarez, Rubén Retamero, Asier Rueda y Asier Pérez.
Los senior para el Largo: Abdelilah El Manaia, Asier Aguado, Daniel Juarros, Álvaro Cortázar y yo.
En este orden discurrieron las competiciones para los tres equipos. Por nuestra parte, la carrera comenzaba a las 13:45, así que pudimos ver casi todo el campeonato, además de disfrutar del sol que, tras tantos días de lluvia en Euskadi, agradecimos.
No fue fácil, es un viaje largo hasta Cáceres, y además no pudimos hospedarnos en la capital ya que nuestro campeonato autonómico es el último en disputarse y se habían repartido los más de 3000 atletas por toda la ciudad. Así que tuvimos que pasar la noche en Plasencia, un bonito pueblo a unos 80 km. El sábado después de comer decidimos acercarnos al circuito y ya de paso coger los dorsales. Por suerte la distancia que nos separaba se podía recorrer cómodamente por autovía.
Ya en el circuito, pude comprobar que había cometido un error al no llevar las zapatillas lisas conmigo. El terreno estaba muy seco y poco o nada tenía que ver con un cross de los que estamos acostumbrados en el norte. No obstante, a pesar de que iba a tener que correr con los clavos, el circuito era de mi agrado. Contaba con algo de desnivel y mucha curva que nos iba a machacar, pero por lo demás, la salida era muy amplia y había zonas muy rápidas. En definitiva, estaba hecho para mí y sabía que podía "disfrutar".
El domingo a las 8:30 ya estábamos en pie. A las 9 de la mañana desayunamos en el hotel y después de recoger los bártulos partimos hacia Cáceres. Allí me encontré con mis aitas que habían venido a pasar el fin de semana. Con ellos tomé el segundo café del día y les expliqué cómo iba a ser la carrera para que pudieran elegir un buen sitio para verla. También me encontré con mi buen amigo de Medina del Campo, Jorge Turrado, que más tarde correría conmigo los 12,5 km.
Cáceres es un lugar habilitado para el atletismo. Pudimos calentar en la pista que estaba a escasos 50 m de la línea de salida. En la cámara de llamadas hubo un poco de descontrol, algo habitual en una prueba que se presentan casi 300 atletas. Nosotros esta vez sólo presentábamos 5 de 6, algo que más tarde nos arruinaría la clasificación. Nos acercamos a nuestro cajón de salida, el 48 que, a diferencia del año pasado, estaba situado en el lugar perfecto. Quitamos los nervios colocándonos, que si uno primero, que si otro no está bien y me pongo detrás... Al final tuve que colocar yo a la gente en función de lo que creía que podía suceder en carrera. Manaia 1º, Asier 2º, yo 3º y después Dani y Álvaro.
La salida fue rápida pero nos colocamos muy bien los tres. Manaia iba abriendo camino y yo me quedé con Asier. Un ritmo de 2:59 para el primer km presagiaba un buen calentón. Dejamos hacer y poco después cogimos a Manaia. Malas noticias. Él es un hombre reglar y que no suele fallar nunca, pero su sitio no era ese. Estaba lesionado y más tarde abandonaría.
Asier y yo hicimos unos cuantos km juntos, pero a él le afectó el calor y tampoco iba como suele ir. Más tarde me quedaría liderando al Club sobre el puesto 80. Quedábamos 4 en carrera y teníamos que acabar todos para, al menos, puntuar. Mientras tanto yo fui a lo mío. Mucha gente no podía aguantar el ritmo, otros nos pasaban como si acabaran de empezar. En la tercera vuelta empecé a notar molestias en los pies, me abrasaban y no podía correr a gusto. Me acordé de las zapatillas... Pero iba bien de piernas y por lo demás, estaba disfrutando.
De vez en cuando miraba el GPS y me marcaba un ritmo medio de 3:13 cuando aún no habíamos llegado al km 10. No le hice mucho caso y sí a mis sensaciones. No quería quedarme solo y me agarré a un grupo donde vi que recuperaba lo poco que me quedaba.
Sabía que si quería adelantar algún puesto tenía que atacar en la zona más rápida, a 1,5 km de meta más o menos. Y mientras desconocía el transcurso de la carrera de mi equipo ataqué y me fui solo con la esperanza de que por detrás nadie me pasara y asegurar un buen puesto. La última recta se me hizo larga, y a pesar de que me pasó un atleta, pude conservar una buena posición, entrando en el puesto 92 con 41:24.
Cuando llegué a meta vi a Álvaro sentado, le habían doblado. Un poco por detrás de mí entró Asier y esperamos a que entrara Dani. Al igual que los junior, no pudimos puntuar. A nivel colectivo no estuvimos bien, pero yo lo achaco a la mala fortuna, al más que discutible compromiso de algunos y a alguna baja de última hora que nos lastró ya antes de salir de Bilbao. Al menos, algunos pudimos disfrutar de un premio que no olvidemos, puede ser irrepetible. Por mi parte rendí mejor de lo esperado, no pensaba ni de lejos entrar entre los 150 primeros, pero este tipo de cross, donde se puede correr, me gusta mucho más.
No puedo olvidarme de los gritos de ánimo de Pedro, de Fredy y de todo el club, que tras sus carreras estuvieron con nosotros. Tampoco me olvido de mis padres, a los que creo que pude dedicarles una bonita carrera, posiblemente, el mejor cross que haya hecho hasta ahora. A todo el equipo, que con los percances estuvieron ahí y lo dieron todo, además de que hemos demostrado ser una gran familia.
Se acabó el cross por fin, y ahora empieza lo bueno...
No hay comentarios:
Publicar un comentario