El día 31, además de celebrar el fin de año también se celebra la San Silvestre. Una bonita costumbre que llevo varias veces celebrando. La San Silvestre se celebra en muchos lugares, y lo difícil suele ser decidir cuál hacer. Pero desde hace ya 3 años cambié la carrera de mi ciudad por la de Sodupe. No sé por qué, pero desde la primera vez que la disputé me enganché a ella, el circuito, el ambiente, la hora (18:00)... Y es que correr de noche tiene un punto melancólico y emocionante.
A las 6 de la tarde y con un par de grados de temperatura se dio el "pistoletazo". Ya en la salida me di cuenta de que faltaba algún "gallo", y eso me daba confianza. Salí nervioso, pero no quise ponerme a tirar desde el principio. Fui dejando hacer a Pablo Mas mientras en la primera vuelta tanteaba a los demás rivales. Ya conocía a algunos y empecé a pensar que podía ser un buen día.
Así que, tras algún otro intento de fuga en la que hasta 6 atletas nos metimos en cabeza, al paso por la segunda vuelta cambié el ritmo en una de las subidas. Joseba Plágaro se pegó a mí y al llegar a la segunda subida volví a cambiar para intentar soltarle. Tuve que emplearme a fondo, él corría en casa y estaba muy motivado pero yo tenía mucha rabia acumulada después de mi traspié en la media maratón de Vitoria. No pensaba en el flato ni en lo que pudiera ocurrir, simplemente pensé en correr todo lo rápido que me diera el cuerpo en ese momento.
Según avanzaba la carrera seguía escuchando los ánimos del público a Joseba, lo que indicaba que estaba cerca. No era el momento de aflojar y decidí administrar mi ventaja confiando en que no pudiera seguir ese ritmo. Por suerte así fue y a medida que recorría más metros fui pensando ya de verdad en que podía ganar la carrera. Pasé por el arco de meta, y ya sólo quedaba una vuelta.
Después de la cuesta larga me enfrenté en solitario a la penumbra que envolvía la carretera. Allí me esperaban los ánimos de los atletas más jóvenes de mi club y también triunfadores en la categoría de txikis. La moto de delante me abría camino y comencé a doblar a muchos atletas. Este fue un momento caótico, había mucha gente, más que en otras ediciones, y llegó a ser complicado poder hacerse hueco. Antes del último repecho ya pude respirar tranquilo. Miré hacia atrás y no veía a ningún perseguidor. Pensé en los años anteriores, por fin después de un segundo puesto hace 2 años y el cuarto del año pasado podía subir a lo más alto del podio. Me limité a disfrutar y saborear la victoria en estos últimos metros. Este año invertí un tiempo de 25:37, que es el peor crono de las tres ediciones que he disputado, condicionado posiblemente por la temperatura y hacer media carrera en solitario. El podio lo completaron Joseba Plágaro seguido de Pablo Martinez. En cuarta posición entró otro luchador como Iker Plágaro. Un lujo.
Otro lujo poder contar con Saioa en lo más alto del podio. Después de conseguir un 4º puesto en Rekalde pudo llegar a Sodupe a tiempo para lograr la victoria, resolviendo cualquier duda sobre su estado de forma. ¡Este es tu año y lo sabes!
¿Y vosotros, cómo comenzáis este 2015? Yo con la misma ilusión y las mismas ganas de correr que ayer, aunque hoy me haya dado un descanso. Merecido por otra parte. Ahora toca pensar en el único objetivo de enero, donde volveré al cross, en este caso al Campeonato de Bizakaia. ¡Nos vemos en las carreras!
Urte berri on!
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