Como todos los años, si la salud nos permite, terminamos corriendo el último día. Y una vez más, tras la historia del Covid, pude volver a Bilbao para correrla el 31 de diciembre (la anterior edición se celebró en marzo). La suerte de tener un blog que sirve como diario atlético es que puedo contar las ediciones en las que he participado en las diferentes San Silvestres. Siendo Bilbao el lugar donde más veces he participado con un total de 8 ediciones (2009, 2011, 2015, 2016, 2018, 2019, 2022 (primavera), 2022), seguida de Sodupe, donde participé 3 veces seguidas (2012, 2013 y 2014). Y una vez en Castro (2021). Tan solo he fallado un par de veces por enfermedad o lesión.
A las 16:30 se daba la salida en el Guggenheim, teniendo que atravesar el Parque de Doña Casilda al paso por el primer km. Fue a esta altura donde ya Juan Abaitua, Juan Carrascal y yo abrimos un pequeño hueco. Liderados siempre por el primero subimos Areilza a buen ritmo y con un molesto viento de cara. El paso por Pozas fue especialmente emocionante.
Enfilamos después Autonomía, donde el viento nos dio un pequeño respiro, protegidos por los grandes edificios de esta zona. Una avenida además algo favorable, que aproveché para estirar un poco el grupo y terminar de marcharnos los tres.
Después se puso la cosa dura, el circuito como comento es muy duro. Antes de llegar al Parque de Amézola el viento de cara desgastó mucho al grupo. Abaitua seguía tirando fuerte, iba a por la meta volante del km 4,4. En la bajada hacia el centro del parque cambió el ritmo para llevarse la meta volante y yo cogí unos metros sobre Carrascal.
Abaitua consiguió la meta volante y tras frenar casi en seco me vi solo con unos metros de ventaja, los cuales aproveché para mantener y poder distanciarme un poco.
El resto de la carrera quizá fue lo más duro. Debido al viento me entró el flato entorno al km 5,5 y tuve que disminuir considerablemente el ritmo. Fue una pena no poder disfrutar plenamente del momento, de mi sexta victoria aquí. Además el circuito no se aliaba conmigo, ya que sigue picando bastante hacia arriba.
Los últimos metros, ya favorables, y viendo que tenía aún bastante ventaja, los aproveché para disfrutarlos lo máximo que pudiera.
Desde aquí agradecer a toda la S. D Korrikazaleak por hacer de esta carrera una carrera tan especial. El circuito, aunque muy duro, es perfecto para disfrutar con el público que quiere acercarse a verla.
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