Cuando hice el Duatlon de Zuia pensé que iba a ser el último antes del parón veraniego. Además, en estas fechas estoy más centrado en la temporada de pista y algunos duatlones se me pasan de largo por incompatibilidades en las fechas. Pero me enteré que el 26 de junio se iba a celebrar el de Reinosa. Para estas alturas yo ya he terminado la temporada del todo, pero me dio por alargar un poco más para poder correr por fin un duatlon en el formato prepandemia.
A mí personalmente me gustan más estas fechas para los duatlones (ya sé que corresponde más al triatlon, pero yo tengo fobia al agua), además, con el buen tiempo, me apetece más coger la bici. Así que sabía que me venía bien.
Una vez decidido había que analizar los problemas, que siempre hay. Lo primero es que la carrera era muy pronto para ir del tirón (9:30 de la mañana). Iba a tener que madrugar mucho o pasar la noche anterior allí. Opté por lo segundo y arrastré a mi amigo Bittor para que me acompañara.
Así, a las 7 de la mañana me desperté y fui a tomar un café y a preparar las cosas para llevar a la salida. Allí me cogieron el dorsal mis compis Dani y Koldo y con ellos fui a calentar un poco en bici antes de dejarla en la transición. No solo fuimos nosotros desde Euskadi, también estuvieron Xabi Goitia, Igor Gorosito, Unai Pérez y otros...
Según se dio el pistoletazo salió Koldo como un misil hacia delante y yo detrás a aguantar lo que pudiera. Pronto abrimos un pequeño hueco pero después vino el segundo inconveniente. Antes de completar la primera vuelta había que cruzar un tramo de trail con bastantes agujeros y allí llegó mi momento de prudencia recordando fantasmas del pasado. Tuve que dejar marchar a Koldo y terminar el sector a mi ritmo.
Llegué pues en segunda posición a la T1, con ventaja suficiente para no armarme un lío y montar medianamente tranquilo en la bici. Miré hacia detrás y vi que tenía hueco por lo que decidí ir en solitario sin matarme esperando a que me cogiera el grupo lo más tarde posible.
Duré unos 5 km, algo que me sorprendió bastante. Me alcanzó un grupo muy numeroso y ya decidí resguardar lo máximo hasta el momento decisivo de la carrera. Ese momento era un repecho de un km como complicación del segmento ciclista. Por supuesto el grupo se volvió hostil y por suerte pude responder. En ese momento se hizo una selección de unos 7 u 8 duatletas que nos entendimos perfectamente para abrir hueco.
Llegamos a la T2, y me encontré otra vez bien, veía factible el segundo puesto ya que en principio había sido más rápido en el primer sector. sí que me bajé de la bici bastante entero e hice la transición más rápida. Salí decidido a abrir el máximo hueco posible en el menor tiempo posible. A mitad del sector y sobre todo al finalizar el tramo complicado lo vi más claro y me dediqué a disfrutarlo. Como anécdota me quedo con que hice el mejor tiempo en este último sector, que me da un poco más de moral.
Como conclusión podría sacar que sin el tramo de hierba podría haber aguantado un poco más y quien sabe, haber hecho toda la carrera junto a mi compañero de equipo. Aunque dudo que hubiera podido ganar. No puedo pedir más, es mi segundo podio en un duatlon y llega 4 años después de mi tercer puesto en Mungia y también de mi 4º puesto aquí mismo.
(Fotos: Roberto Solorzano Cantera)